Un par de días atrás me hacían un pedido de comida (me gusta cocinar). Tortilla española y leche frita. Hoy preparaba el envío y siempre suelo decorar las cajas con recomendaciones tontas o absurdas para que el que las reciba se ría un poco. Hoy una de ellas me motivó a escribir este post.
Una frase que siempre he escuchado y a de la que siempre he intentado aclarar su media falsedad aportando explicaciones lógicas. ¿Quién no ha escuchado alguna vez en su vida?…
“Después de comer tienes que esperar dos horas antes de bañarte”
¿Cuántas tardes de playa o piscina nos ha estropeado esta mítica frase?
Muchas. Y pongámonos en situación. Barriga llena. Ola de calor. el sonido de las olas llamándonos como si fuesen sirenas en pleno recital. Y al lado, nuestra madre impidiendo el encuentro con el agua.
Pues bien. Tenía 16 años cuando me convertí en socorrista acuático y marítimo de #CruzRojaEspañola. Al año siguiente me convertía en el Monitor de Socorrismo acuático y marítimo más joven de España. Y es ahí donde entendí la supuesta falsedad de la frase que motiva este post. Vamos, que hablaré con conocimiento de causa.
LA DIGESTIÓN
Expliquemos paso a paso y sin adentrarnos mucho en tecnicismos que complicarían mucho la historia.
Cuando comemos, nuestro estómago necesita descomponer los alimentos para poder asimilarlos. A ese proceso se le llama #digestión y requiere de gran cantidad de flujo sanguíneo alrededor del estómago. Es por eso que si comemos copiosamente nos sentimos agotados. La sangre está ocupada, no nos puede dar energía, así que mejor nos echamos una siestecita. Cuestión de prioridades.
La duración de este proceso, entre otros motivos, varía en función del alimento que hayamos consumido, pudiendo realizarse en menos de 2 horas para líquidos e hidratos de carbono, entre 2 y 4 para proteínas y más de 4 si hemos comido grasas. Pero como cuando estamos en la playa o en la piscina, con calor, no solemos comer copiosamente, en una reunión de madres de hace mucho tiempo, acordaron establecer en 2 horas el tiempo mínimo para no meterse en el agua (no tengo datos históricos de este hecho, pero aseguraría que algo así sucedió).
¿Pero por qué?
Usemos la lógica. Si el flujo de sangre es abundante en el estómago mientras hacemos la digestión, y nos metemos de golpe en el agua, nuestro cuerpo se va a enfriar bruscamente y ¿qué es lo que hará?… Tratar de calentarse. ¿Y cómo lo hace? enviando sangre a las zonas frías (todo el cuerpo en este caso). Eso significa que el estómago se quedará sin la sangre necesaria para realizar el proceso de digestión y !voilá!, corte de digestión. lo que quiere decir, que el estómago deja de procesar los alimentos.
Síntomas del Corte de Digestión.
Mareos, náusea, palidez, sudoración, calambres, vómitos, escalofríos, visión borrosa, pitidos en los oídos y algunas cosas más. Y si estás dentro del agua, y sin hacer pie… vamos, que te puedes ahogar fácilmente.
Ahora parece obvio el consejo de nuestras madres, ¿no? Pues sí. Es muy lógico y muy protector. No hay que reprocharles nada, pero…
¿ME PUEDO BAÑAR ANTES DE LAS DOS HORAS?
Sí, sí que puedes, pero con responsabilidad y siguiendo unas normas básicas.
Al entrar al agua debes hacerlo de manera pausada. Mojándote poco a poco los tobillos, las muñecas, la nuca… Se trata de ir enviando sangre a esas zonas del cuerpo poco a poco, para que la estampida sanguínea del estómago no sea brusca, sino escalonada. Una vez en el agua no debes hacer ejercicios intensos. Relájate. Disfruta. Tu estómago sigue haciendo la digestión. Tardará más tiempo por tener menos sangre, así que no te confíes. Disfruta el agua. Refréscate y no seas irresponsable.
Carlos L. Ríos
elcreadordenubes
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